Los SUV (Sport Utility Vehicle) son vehículos que combinan características de los coches tradicionales con elementos de los todoterrenos. Se destacan por su versatilidad, ya que ofrecen una mayor altura desde el suelo y una posición elevada de conducción, lo que mejora la visibilidad y seguridad en carretera. Suelen tener tracción delantera o total, pero no siempre cuentan con las capacidades off-road extremas de un todoterreno o un 4×4 puro.
A diferencia de los todoterrenos, los SUV están más orientados a la conducción en carretera y en entornos urbanos, ofreciendo una mayor comodidad y eficiencia en el consumo de combustible. Aunque algunos modelos cuentan con tracción total, su sistema está diseñado para usarse principalmente en condiciones de baja adherencia como nieve o lluvia, no necesariamente en terrenos muy accidentados.
Por otro lado, los todoterrenos y los 4×4 están diseñados específicamente para conducir en terrenos difíciles como barro, rocas o caminos escarpados. Tienen sistemas de tracción total permanentes o desconectables, junto con suspensiones reforzadas y chasis más robustos. Los 4×4 disponen de mecanismos como la reductora, que les permite moverse en terrenos complicados a baja velocidad, lo que no es habitual en la mayoría de los SUV.
En resumen, aunque los SUV comparten algunas características con los 4×4, no son lo mismo, siendo los SUV más aptos para la carretera y los todoterrenos especializados en terrenos complejos.